Contar con el respeto de tus subordinados es importante para el funcionamiento del equipo

Cuando asciendes, de repente te encuentras en situaciones completamente diferentes. Es posible que ya conozca a sus colegas y subordinados, pero su comportamiento hacia usted debe cambiar. Todo subordinado debe respetar a su superior, pero no confunda respeto con miedo.
A veces es difícil ganarse el respeto y la confianza al mismo tiempo.
Dignidad y respeto van de la mano
Los empleados quieren ser escuchados y apreciados. Una de las muchas razones para dejar un trabajo es "sentirse poco respetado en el trabajo". Antes de ganarte el respeto, debes tratar a tus empleados con dignidad y gratitud. Esto significa tratar a su equipo con gratitud y ser comprensivo pero firme cuando se cometen errores.
Sea coherente en su enfoque
La coherencia es esencial para la equidad y la lógica. Por el contrario, la incoherencia genera desconfianza y frustración. Sea coherente en todos los aspectos de su liderazgo, desde la gestión de la disciplina hasta la delegación de tareas. Esto incluye reconocer cuándo está favoreciendo a un amigo o anticipándose a la incompetencia de alguien.
Sea un ejemplo
Si quiere que sus empleados trabajen duro, tiene que demostrarles que usted es un trabajador duro. Y eso no es fácil cuando estás encerrado en tu oficina. Claro que tus jefes esperan que cumplas con tus responsabilidades directivas. Pero ayudaría que también dedicaras tiempo a colaborar con tus empleados.
Sé un apoyo para tu equipo
Tu papel como directivo es liderar y apoyar a tus subordinados directos. Como parte del equipo, se sentará en los problemas que enfrentan los empleados e identificar la insatisfacción con los procesos de oficinao políticas. Es posible que escuche cosas que la alta dirección o los propietarios de la empresa no escuchan. Sea un defensor de sus empleados y encuentre soluciones que funcionen para ellos al tiempo que satisface a sus jefes.
Admita los errores cuando los cometa
Los errores ocurren. Puede que trates los conflictos con los empleados con más dureza de la que pretendías o que cometas un error en el plan. Lo mejor que puede hacer es admitir sus errores en lugar de señalar con el dedo. Trasladar la culpa a los demás demuestra que tu equipo no es de fiar y que no se puede confiar en él.
Los errores ocurren.
