Lo que aprendes en un trabajo que odias y no puedes dejar (todavía)
Es increíble la cantidad de personas que pasan el tiempo en trabajos que odian. Hay muchas razones para ello: conservadurismo, miedo, seguridad y estabilidad, imposibilidad de encontrar otro trabajo, dinero, etc. Lo que no te mata te hace más fuerte, así se podrían definir los beneficios de permanecer en un trabajo que odias.
Serás mucho más resiliente
¿Recuerdas las veces que te reprendieron injustamente en el colegio? Te arrepentiste, sin embargo, en el futuro esas situaciones te hicieron más fuerte. Del mismo modo, es el trabajo que odias. A no ser que tu salud mental o física se resienta como consecuencia de tu trabajo, no debes tirar la toalla a la primera señal de problemas. Cuanto más tiempo trabajes para encontrar la manera de superar las situaciones difíciles, más te darás cuenta de lo que eres capaz de lograr y de que puedes hacer más de lo que creías.
Todo lo malo es bueno para algo
Incluso si tienes un gran trabajo, de vez en cuando te encontrarás con situaciones desagradables. Pero si te centras en las partes buenas de tu trabajo -los almuerzos gratuitos, los seminarios ocasionales interesantes- te sentirás definitivamente más positivo. Ten en cuenta que esto no es para siempre. Está en tus manos cambiar de trabajo o cambiarlo por completo. ¡Al menos lo has intentado!
La culpa puede estar en ti
A veces podemos quedar atrapados en ciclos negativos de pensamiento y perder nuestra perspectiva objetiva. Si tienes problemas para tratar con tu jefe, puede ser muy útil obtener una segunda opinión sobre la situación. Pregunta a un colega con el que te lleves bien si alguna vez ha tenido las mismas dificultades o sentimientos. Es posible que puedan ofrecerte información o consejos útiles. Limítate a buscar opiniones constructivas de los demás, evita los chismes.
Dedica tu tiempo fuera del trabajo a las aficiones
Tu trabajo no te define, pero puede ser difícil de recordar si tu trabajo ocupa la mayor parte de tu tiempo. Si haces constantemente horas extras sin compensación, habla con tu jefe, ya que está obligado legalmente a ofrecerte unas condiciones de trabajo justas. Con tu preciado tiempo personal, intenta sacar tiempo para cosas que te hagan sonreír, ya sea pasar tiempo con los amigos, jugar al fútbol o aprender a hacer cerámica. Es tu vida, así que aprovéchala al máximo.