Tres causas cada vez más frecuentes de desequilibrio entre la vida laboral y la personal
Establecer el equilibrio adecuado entre la vida laboral y personal no siempre es fácil. Puede que sientas que todo funciona como debería, pero al cabo de un tiempo te das cuenta de que te has perdido un partido de fútbol importante, las bodas de oro de tus padres o, por el contrario, una reunión importante o un team building que ha unido a los compañeros. ¿Cuáles son las causas que más a menudo provocan este desequilibrio?
Amar demasiado tu trabajo
¿Te has preguntado alguna vez si amas demasiado tu trabajo? Aunque odies el desgaste que suponen estas largas horas, es una señal de que te apasiona tu trabajo. Por otra parte, si todos odiáramos nuestros trabajos, no estaríamos lidiando con el desequilibrio entre la vida laboral y la personal.¿Te has preguntado alguna vez cómo te presentas en las fiestas, o cuál es la primera pregunta cuando conoces a alguien? La primera pregunta suele ir dirigida a tu profesión, pocos preguntan por tus aficiones o tu forma de vida. Incluso en situaciones sociales, tendemos a juzgar la valía de los demás por lo que hacemos para vivir. (Lo cual es una grosería, pero es cierto). No es de extrañar que nos cueste salir del trabajo a tiempo y no descuidarnos.
Tecnología accesible
Gracias a la tecnología, cada vez más personas tienen la posibilidad de hacer muchas cosas del trabajo desde casa, en un vuelo, de vacaciones... desde prácticamente cualquier lugar.Responder al correo electrónico de vez en cuando fuera de horario está bien, pero no debería convertirse en algo habitual. Crea expectativas poco saludables de tus compañeros de trabajo sobre el tiempo de respuesta y contribuye al estrés crónico y al agotamiento emocional. Al final, dejamos de sentir que realmente dejamos el trabajo porque nos persigue en casa. Y en todos los sitios a los que vamos. Incluso en las citas.
Responsabilidades de crianza
La crianza de los hijos es una de las principales causas de desequilibrio entre la vida laboral y la personal, y es aún más difícil sumergirse en proyectos que definen la carrera cuando hay que recoger a tu hijo de tres años en el preescolar a las 4 de la tarde. Siguen viendo al trabajador ideal como alguien que no tiene que cargar con las tareas de cuidado o domésticas, lo que es una mala cultura empresarial.